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MEJOR LAS RODILLAS SUCIAS

MEJOR LAS RODILLAS SUCIAS 
Una mañana el pequeño Mariano decidio escaparse unas horas de su casa, pero su madre al notar que este no estaba en su cuarto como era habitual, tomo un celular y, en un breve mensaje, le pidió que viniese rápido a la casa. Sin embargo, ese día el niño habia decidido no encender su teléfono portatil, por esa razón no lo leyo y, recién, regresó a su casa al caer la tarde. Lo hizo con los zapatos enbarrados y la ropa bastante sucia, siendo reprendido seriamente. A Mariano mucho no le importo el reto, pues habia pasado una tarde feliz, alejado de los juegos electrónicos que lo mantenian encerrado en la casa y eso, se le notaba en su rostro. 

Ocurre que antes de vivir esa aventura, el niño no conocia otros juegos que los estaban en su cuarto y con ellos pasaba todo el día. Es que en esa vivienda abundaban la tecnología electronica y la vida se movía en torno a ella. Teléfonos portatiles, camaras de vigilancia, portero con camara de seguridad, relojes con mensajes recordatorios de tal o cual cosa, agendas electronicas y coputadoras en los distintos cuartos siempre encendidas, y eran de uso cotidiano allí. En ese ambiente se crió Mariano que ya tenía once años. Con toda esa tecnología al alcance de la mano, el dialogo familiar era casi nulo porque todo se resolvia con mensajes de watsapp entre los mienbros de la familia. El contacto con el exterior no existia ya que la pareja trabajaba desde su casa. Salidas tampoco las había, la agenda resolvía toda necesidad con solo marcar el teléfono correcto y realizar el pedido que pronto llegaba al domicilio. Que mas podia pedir esa pareja viviendo con esas comodidades. Pero Mariano pretendia algo distinto y al parecer, dependia de él.
Sus padres desde pequeño le enseñaron el manejo de todos los aparatos existentes en la casa. Sin ambargo con el tiempo, descubrió que eso no lo hacia feliz, y de allí sus escapadas en busca de aventuras, como la vivida el día que llegó con los zapatos enbarrados. Ahora tras el reto de du madre, estaba nuevamente recluido en su habitación con su compu y vídeos juegos.
Con esos juegos ya no era feliz. Entonces comenzó a diseñar un plan para que sus padres lo creyeran dentro de cuarto, mientras el se divertia en otro lado, pero alejado de la cibernetica. Así día por día fue elevando el volumen de su compu para que, aún con la puerta cerrada sus padres creyeran que estaba en sus juegos habituales. Cuando tuvo todo listo, se colo por una ventana que daba al patio y tomo el camino que lleva al rio. Allí se encontro con el abuelo que había conocido el día que regreso sucio a su casa y, con él, pasó la tarde pescando y charlando sobre distintos temas. Entre tanto, Mariano grabó el encuentro con su celu y luego lo descargó en su cumpuadora. Antes del anochecer se conpromertieron a un nuevo encuentro y esa vez, seria para construír un barrilete y remontarlo, idea que entusiasmo al pequeño. Unos días mas tarde volvieron a reunirse y el hombre, le enseñó como hacer una estrella con caña y papel, elementos que ya tenia previsto de antemano. Le explicó como cortar las cañas, pegar el papel. hacer los tiros y la cola, preceso que fue grabado por el pequeño con su celu. Esas imágenes luego las sumo a las antriores. Como el engrudo utilizado para pegar el papel debía secarse. El hacer volar al barrilete quedó para el día siguiente.
En ese nuevo encuentro y con el barrilete en lo alto ambos rieron y bromearon. El hombre porque de ese modo recordaba su infancia y Mariano por ser su primera experiencia con un barrilete. Al igual que en oportunidades anteriores, esa tarde también quedó registrada en su telefono.
Al llegar a su casa Mariano compaginó todo lo grabado y lo volcó a su computadora de modo que el sonido lo escucharan sus padres. Luego de comprobar que se repetia una y otra vez abandonó el cuarto. Al escucharlo reir como nunca lo había hecho ante, llamó la ateción de sus progenitores wue movidos por la curiosidad abrieron la puerta y vieron en la pamtalla a su hijo riendo feliz y correteando a orillas del rio. Pero al no verlo a Mariano pensaron que lo había tragado su computadora, que en ese momento lo mostraba en un primer plano tratando de remontar un barrilete. Al instante recordaron lo sucedido tiempo atrás, y entendieron que el chico gustaba de otros juegos.
Entre tanto, el niño en otro rincon de la casa terminaba de construir un barrilete como le enseño su amigo y corrio a mostrarselo a sus padres que que abrazaron fuertemente. Luego preguntaron como había hecho eso. Explicó que la vez que llegó al río conoció a un a ubuelo que le enseño cosas que no conocia, como pescar, o realizar un barilete y hacerlo volar alto. Les dijo tambien, que mañana lo esperaba para jugar a las bolitas y aclaro que para eso tendría que ensuciarse las rodillas. Al escucharlo, los padres sonrieron y le dijeron que lo hiciera sin problemas.

Gerardo Scioscia 
 Mar del Tuyú 
1 marzo 2020

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