Obsesionado por la magia de los espejos, Roberto Bisel pasaba horas puliendo todo material que pudiera reflejar su carita de niño de 12 años. Lo hacia con esmero por lo que siempre lograba su propósito, aunque la imagen que devolvían, muchas veces no era correcta, aunque a el eso poco le importaba. Es que si la pieza pulida no era plana, su rostro en el, adoptaba distintas formas, unas veces se veia alargada y otras cual una pelota o con rasgos fantasmagoricos.
Así, rodeado de esos objetos, el pequeño Leonardo fue creciendo y viendo co- mo envejecia su mamá. Ambos habitaban una vieja casona y nunca recibian visitas. Alli su madre que solia mirarse por horas frente al único espejo de cristal, dejo de hacerlo cuando advirtió en su cara las primeras arrugas. Leonardo noto ese cambio y entonces decidio tapar con una vieja sabana el vidrio.Tampoco el ya se miraria allí.
A partir de entonces, su empeño en lograr un espejo que mostrara al observador siempre joven fue mayor. En una pieza que convirtió en improvisado taller hizo multiples ensayos. probó sobre cueros inprgnandolos con un baño de plata. Sobre una roca ignea conocida como " vidrio volcánico " pero nada lograba. Entre una prueba y otra fueron pasando los años. Asi Leonardo fue perdiendo agilidad, mientras que su madre apenas salia de la cama. A ella le habia prometido que se veria siempre joven y no estaba cumpliendo esa promesa. De todos modos estaba convencido que lograria el propósito de que quien se viera en el espejo creado por el, la imagen devuelta seria joven. En tanto tiempo de trabajo con esos elementos, aprendió que todo el que por primera ves se pone delante de ese objeto es tragado por el y lo guarda en su interior. Convencido de eso, solo le faltaba resolver como esa primera imagen saldría del interior.
• Agobiado por los fracasos, decidió buscar en viejos libros una formula que sirviera a su propósito. Asi paso varias noches hasta que resolvio reanudar los ensayos. Para ello recurrio a dos laminas de vidrio obtenidas tiempo atras y luego de montarlas sobre sendos caballetes en modo horizontal, las pulio con esmero. Luego las baño con plata y finalmente mezclo unos polvos que extrajo de varias latas y espolvorio con ellos a esos vidrios segun lo explicado en uno de esos libros. Cuando concluyó la tarea ya era hora de la cena. Cerro la puerta y, ya en el comedor. contó a su madre lo realizado. luego cenaron en silencio.
• Esa noche fue distinta a las demás, las luces no se apagaron y al dia siguiente no se notó actividad alguna en la casona como así tampoco en los dias siguientes. El silencio y la quietud que se notaba desperto la curiosidad de algunos vecinos que se acercaron a investigar. Al ingresar al comedor solo encontraron dos platos vacíos y un par de copas de vino sin terminar de beber. Recorrieron los otros lugares pero no hallaron rastros de sus moradores. Sorpredidos por esa ausencia , buscaron tambien una pieza contigua. Alli se dieron con los espejos tal como los dejara Leonardo, aunque llenos de polvo. Movidos por la curiosidad, limpiaron los vidrios y en ellos, vieron el rostro joven de los desaparecidos habitantes. Al asomarse tambien ellos se vieron sobre el vidrio. De no haber observado ese detalle, se podian pensar en dos pinturas encargados por esos vecinos que no hallaban por ningun lado .Sin embargo, la figura de cada uno que pasaba frente al epejo era devuelta por este, incluso si se posaba en cualquiera de los dos jovenes rostros que parecian estar felices por ese desfile de personas que observaban con curiosidad.
• En lo que tanto creía Leonardo se habia cumplido finalmente. Sus dos ultimos espejos fabricados con sus manos lo habian tragado a el y su madre. Desde ese lugar observaban a los curiosos que revolvieron toda la casa buscandolos. Al no hallarlos, se retiraron en silencio sin cambiar nada de lugar. La verdad de lo ocurrido nunca, se supo solo hubo especulaciones lanzadas por quienes revisaron cada rincón de la vivienda que por años permaneció cerrada hasta que el tiempo la destruyó, como se habia destruido la vida de sus habitantes buscando construir un espejo que negara la realidad.
• Scioscia Gerardo
• Mar del Tuyú
16 de enero 2020
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