AQUEL AMANECER
Y vi que te marchaste
Caminando el tiempo,
Con tus pasos altos
Y cangrejos en la piel.
El olvido cantaba
Desde una ventana,
Una canción muy triste
Aquel amanecer.
El whisky se escapaba
Despacio de mi vaso,
Y el sol… una criatura
Que empezaba a nacer.
Algunos ya rumbeaban
Quién sabe a qué casas,
Detrás de los fantasmas
Que vivían en su ser.
El aire era un aroma
De azúcar y de hiel,
Y los pájaros despertaban
En sus torres de Babel.
Ya nada me retenía
En aquel raro paisaje,
Los duendes se habían ido
Al no sentirse bien.
La noche nos mostraba
Desnudos al fugarse,
Y la soledad entonces
Me susurraba: ¡Ven!...
Gabriel Tejo
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