LA VIDA MUERTA
Tomé el pincel y los colores
Con la intención romántica de pintar
Una tela reflejando a la vida.
Y creí que la mejor manera para hacerlo
Sería con la imagen de una mujer;
Vestida con un traje de fiesta
Teniendo en sus brazos a un niño,
Volando sobre ellos pájaros con su canto
Y flores brillantes danzando alrededor.
Una vez ordenadas las ideas
Trabajé incansablemente durante días,
Hasta que por fin… terminé la obra.
Estaba feliz, había logrado el objetivo,
La mujer realmente parecía estar viva,
El niño rosado sonreía protegido,
Los pájaros cantaban con su vuelo
Y las flores daban toda su luz…
Luego de admirarla intensamente,
Decidí irme a descansar un poco.
La fatiga era tanta que dormí sin soñar.
Desperté una mañana con el sol en alto
Y salté alegremente de la cama
Con infinitas ansias de ver mi obra.
Al llegar al atelier… creí estar loco;
La tela estaba sucia y rota –como un náufrago-,
La mujer vestida de harapos, yacía muerta,
El niño desnutrido, gemía agonizando,
Los pájaros sangrantes, daban sus últimos aletazos
Y las flores estaban muertas como la vida.
Gabriel Tejo
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