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UN AGRADECIMIENTO PARTICULAR


UN AGRADECIMIENTO PARTICULAR 
Este cuento comienza como la mayoría con el clásico ¨había una vez¨ pero en él, no hay reinos, princesas ni nada de eso, se trata de un pequeño con ganas de agradecer a quienes les permitieron que en su corazón habiten la bondad, el amor al prójimo y la honradez, al tiempo que le trasmitieron la cultura del trabajo. Él había nacido en la granja alejada de la ciudad y sus padres, estaban algo mayores cuando llegó. Con su llanto y su risa rompió el silencio del lugar, al tiempo que cargo de vitalidad a sus padres. En esa soledad fue creciendo. Pero a la edad de ir a la escuela, fue su madre quien le ensaño a leer y escribi, mientras que su padre, lo llevó por el sendero del trabajo y la honradez. 

No había cumplido los 14 años cuando pensó que sus progenitores merecían otra vida mucho más reposada. El que había aprendido a realizar todas las tareas necesarias para que la granja funcione, pronto noto que debía poner mucho esfuerzo en eso, por lo que consideraba que era tiempo de cambiar y cambiarles de vida. Un día, y sin dar cuenta a nadie, desapareció. Sus padres desesperados lo buscaron por todas partes, pero fue en vano. Solamente se consolaron cuando, al ingresar a su cuarto, vieron su cama y ropa dispuestas de un modo como para retornar en cualquier momento .Pero no había ido lejos. En un lugar apartado de la chacra y donde nunca sus propietarios llegaban, construyó un refugio y allí permaneció oculto. De día conversaba con el sol y todos los animales y por la noche, con la luna y las estrellas. A todos ellos les contaba su propósito de agradecerles a sus padres lo que hacían, pero aún no se sentía capacitado, según les comentaba.
Entre las pocas cosas que trajo de su casa al refugio fueron varios libros antiguos, de los que nunca supo cómo llegaron a la cabaña de sus padres. Ellos hablaban de cómo convertir trozos de metal en oro y e objetos comunes que cobraban vida claro, si se conocía la formula. Hizo decenas de intentos, hasta que finalmente logró su propósito. Así fue que un reunió a todos los animales de la granja y también decenas de objetos que podrían ser útiles a su propósito y a todos ellos los comprometió en el proyecto. También hizo partícipe al sol, la luna y las estrellas.
Logrado ese compromiso, el niño decidió regresar a su hogar. Lo hizo por la mañana y fue saludado con alegría por sus padres que lo abrazaron tiernamente. Ellos preguntaron el porqué de su alejamiento, pero nada les dijo al respecto. tras lo cual fue a su cuarto a mudarse de ropa. Luego se dedicó a su tareas habituales. Ordeño un par de vacas, alimento a las gallinas y a los cerdos. También corto leña y dio de beber a las ovejas. Pero más tarde desapareció nuevamente. Sus padres solamente notaron su ausencia cuando lo buscaron en su cuarto para darles las buenas noches. Con la tristeza lógica por esa situación, ambos progenitores volvieron a dormirse. Esa situación se repitió una y cien veces. Sin embargo, un día se desato una fuerte tormenta. Los truenos, los rayos y la lluvia que caía los obligó a encerrarse. Por la ventana vieron como sus animales buscaban repararse del aguacero, luego que el viento destrozara los refugios. Nada podían hacer y solo pensaban en su hijo, que no estaba en la casa. Al cesar la tormenta y comprobar el daño que les había causado, lloraron desconsoladamente. Su pena era mayor por la falta del hijo y del cual no sabían que suerte había corrido.
Entre tanto, el chico que había sido avisado por unos animales amigos de lo que había sucedido, convocó a sus amigos para esa noche. No falto ninguno. Así que rato después, llegaron a la chacra. Entre sueños, los ancianos escuchaban ruidos, pero no le dieron importancia, al pensar que sería sus animales que andaban sueltos que lo provocaban. Pero a la mañana grande fue su asombro cuando, al levantarse y mirar por la ventana, vieron aquello que viento y el agua habían destruido estaba en perfectas condiciones. Como no se explicaban loa sucedido pensaron en un milagro.
Sin embargo su sorpresa fue mayor cunado encontraron al hijo descansado en su cama. Entre tanto esperaban que el niño despertara, vieron como su casa había cambiado. Las paredes antes totalmente deterioradas, estaban recién pintadas y todo el moblaje en perfectas condiciones. También los animales de granja se habían multiplicado. Todo lo miraban con ojos extrañados. Más tarde al levantarse el niño lo abrazaron y llenaron de preguntas. Al ver a sus padres ten feliz decidió contarles todo. Les dijo que no sabía cómo darles las gracias por haberlo traído a la vida y reconocerle todo lo que con gran esfuerzo hicieron para, casi sin medios enseñarle a ser humilde, bondadoso y sobre todo honrado. Confesó que no había como hacerlo, pero esa desgracia le dio la posibilidad. Dijo también que para reconstruir todo contó con la ayuda de seres maravillosos como los propios animales de la granja, que también le confesaron que siempre fueron bien tratados por sus padres, pese a que tarde o temprano cada uno tenía un propósito en este mundo. Ellos ayudaron a pintar, levantar los corrales y todo para que en horas pudieran continuar gozando de todo lo que con mucho esfuerzo habían logrado construir, pero lo que más le agrado a sus padres, fue el compromiso del niño de quedarse para siempre con ellos para cuidarlos hasta sus días finales, porque a él también sus amigos eso mismo le habían prometido. No fue un cuento de reyes, ni de príncipes sino de un niño agradecido con quienes le dieron la vida.

 sciosciagerardo@gmail.com

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